Los años 60 fueron los años del cambio social, de la reivindicación de las libertades, del nacimiento de un nuevo humanismo, una nueva forma de concebir el mundo, la naturaleza y nuestro papel en ella. Los 60 fueron los años del renacimiento, de lo hippie y de las luchas estudiantiles, de las declaraciones de derechos y de una sociedad más concienciada.
Pero aquella década tuvo mucho más que hippies, conciertos de rock, drogas psicoactivas y sexo libre. En la literatura, los 60 fueron fértiles y muchos de los títulos que vieron la luz en aquellos años siguen siendo textos de primera línea, hitos en sus respectivos géneros.
Matar un ruiseñor, Harper Lee (1960)
Matar un ruiseñor es una obra de arte intemporal.Ganadora de un Pullitzer, fue un éxito instantáneo. Un libro que relacionado con el racismo, relatado con calidez y un humor exquisito.
El Coronel no tiene quien le escriba, Gabriel García Marquéz (1961)
Se trata de una novela corta, su personaje, es considerado uno de los más entrañables de la literatura. La novela refleja a la perfección el sentimiento de desasosiego ante la espera que sufre el protagonista.
Solaris, Stanislaw Lem (1961)
Solaris, Stanislaw Lem (1961)
Un profundo estudio de la psique humana desde la perspectiva de la ciencia ficción. Una obra un tanto fuera de lo normal. Llevada al cine con bastante acierto, es uno de los tantos hitos de los ciencia ficción de la década de los 60. Unos investigadores enfrentados a una conciencia alienígena que no son capaces de comprender.
La feria de las tinieblas, Ray Bradbury (1962)
Una filigrana que contiene elementos de fantasía y terror, un análisis de la naturaleza del bien y del mal. Dos jóvenes de 13 años son los protagonistas de esta extraña pesadilla. Cuando una extraña feria aparece en el pueblo un día de octubre. El dueño de la feria el Sr. Dark, es la personificación del mal, el extraño personaje lleva un tatuaje por cada persona que ha conseguido atraer y atar a la feria, el padre de uno de los niños, Will Halloway, es su contrapartida.
Considerada como la secuela natural de su Vino del estío, La feria de las tinieblas es una obra de arte que te enamorará.
La naranja mecánica, Anthony Burgess (1962)
La naranja mecánica, es una distopía que ocuparía un merecido lugar entre las grandes novelas británicas como 1984 y Un mundo feliz. ¿Qué pasaría si aplicasemos los principio de Pavlov a los sentimientos y las conductas humanas? El título de la obra alude a las respuestas del protagonista ante estímulos como la maldad. Un estudio sobre libertades cohartadas y sobre la violencia. Burgess además introduce el nadsat, una jerga inventada, que mezcla palabras gitanas, rusas y algunas viejas expresiones.
Rayuela, Julio Cortázar (1963)
Una narración introspectiva, contada como un monólogo interior. Narra la historia de Horacio Oliveira. Se trata, en palabras de su autor, de una “contranovela” que juega con la subjetividad del lector, dando lugar a distintos finales posibles. Una novela que tiene instrucciones de uso, además de muchas formas de ser leída. Imposible contar en pocas palabras de qué va.
Dune, Frank Herbert (1965)
Con Dune, Herbert, abría una de las más grandes sagas de la ciencia ficción. Muy premiada y considerada como uno de los mejores trabajos dentro de su género, la novela es de sobras conocida. Llevada a la gran pantalla por el genial David Lynch,Dune cuenta la historia de un imperio espacial de estructura feudal que domina nuestra galaxia dentro de 20.000 años. Las Grandes Casas dominan el consejo y rinden tributos al emperador, verdadero señor del universo y del comercio.
2001: Una odisea en el espacio, Arthur C. Clarke (1968)
Otro gran título de la ciencia ficción, más conocida por la versión de Kubrik, sobre todo por la escena del monolito, 2001: Odisea en el espacio, llegó después de la película. Desarrollada a partir de algunos de sus mejores cuentos como El Centinela de la eternidad o Enconter in the down, donde el autor ya juega con la idea de una raza superior que ejerce de profesora de los seres humanos.
La amenaza de Andrómeda, Michael Crichton (1969)
En los 60 el padre de Jurassic Park, sorprendía al mundo con esta novela que trataba sobre una crisis biológica desde un punto de vista fresco, novedoso y tan realista, que muchos se plantearon la opción de que aquello fuese real. En un mundo preocupado por la amenaza nuclear, Crichton situaba el verdaderos enemigo más allá de nuestro planeta, un agente biológico llegado a la Tierra desde el espacio exterior, por accidente oculto en uno de nuestro propios satélites.
Papillon, Henri Charrière (1969)
Una desconocida novela autobiográfica, el autor, con el sobrenombre de Papillon (mariposa) es condenado a trabajos forzosos en la Guayana francesa por un crimen que no cometió. Toda la trama gira en torno a sus intentos de fuga, hasta conseguir su libertad definitiva en 1941. Aunque se duda de su veracidad, es muy interesante la descripción de las inhumanas condiciones de vida de los presos. La versión cinematográfica fue protagonizada por Steve MacQueen y Dustin Hoffman.
Fuente: Excentryna